Didier Lobo

REVISAR TLC PARA DEVOLVER EL MERCADO INTERNO AGROPECUARIO A NUESTROS PRODUCTORES

Los tratados de libre comercio per se no son malos ni buenos y existen ejemplos en uno u otro sentido que lo comprueban; caso TLC con Venezuela y Centroamérica si se trata de nosotros o el crecimiento económico de Vietnam. Creo que los TLC dependen de contextos políticos, económicos, sociales y culturales, además de la presencia de presupuestos que los gobiernos firmantes deben revisar, antes de someterse a entrar a estos mercados globales, a riesgo de salir con la peor parte del negocio y afirmar que estos acuerdos comerciales son perjudiciales o inconvenientes.

Firmar estos acuerdos para tener un mercado de 1.500 millones de consumidores, en principio o a priori suena y cae muy bien, en especial cuando se revisan casos de países asiáticos con verdaderos resurgimientos comerciales gracias a estos tratados.  Sin embargo se debe actuar con prudencia e inteligencia(los cautos rara vez se equivocan), analizando no sólo la ocasión sino la conveniencia con estudios previos que nos lleven a decidir con la razón en lugar de de la intuición, sin olvidar que estos instrumentos internacionales son normas iguales para países desiguales.

Por lo visto 30 años después de nuestra apertura económica, algunos de estos instrumentos fueron mal negociados, sin la revisión minuciosa de los voluminosos e intrincados anexos,ordinales, numerales,apéndices, con los países equivocados, sin las debidas salvaguardas, y claramente en contra de los intereses nacionales, como lo muestra el déficit comercial que acumulamos, ya que en muchos vendemos menos de lo que compramos.

Sabiendo que no contábamos con un modelo óptimo de producción, dentro de la inteligencia para negociar debió estar el conocimiento actualizado y claro que “competimos” con ciertas economías que: Exportan sus excedentes a precios inferiores del costo de producción y transporte; Subsidian sectores; Conceden incentivos crediticios y fiscales.

Pero además de la apertura económica que tuvo fines no declarados( no los mencionaré ahora) que nos llevaron al fracaso exportador, es preciso reconocer que; No hicimos la tarea de prepararnos debidamente para competir; No modernizamos nuestro aparato productivo, (la industria y la agroindustria no comienza por las máquinas sino por el conocimiento) no ejecutamos los ajustes en nuestro sistema educativo; Continuamos con una defectuosa infraestructura de servicios; Carreteras con décadas de atraso comparadas con países de la región; Transporte caro, ineficiente y deficiente sin aprovechar vías férreas y los ríos; Servicios públicos inadecuados para la empresa exportadora(hoy han mejorado), etc.; Pero en especial sin políticas públicas, con medidas(agro ingreso seguro fue una de ellas) que nos ayudaran a competir.

Con este panorama, el sector agropecuario estaba servido para la crisis, si le sumamos problemas por resolver como, mal uso del suelo, ganadería extensiva, deforestación, subsidios inútiles, narcotráfico, conflicto armado, desigualdad, cambio climático, dando como resultado: Importación del 33% de los productos del ámbito agropecuario, somos el primer importador de agricultura de EEUU en América latina, somos el tercer destino de papa procesada norteamericana, en los últimos años se incrementaron en el país los bienes agropecuarios extranjeros en casi un 45%, la provision nacional del trigo, cebada y algodón prácticamente no existe y en el el frijol, azúcar y carne vacuna que consumimos se ha reducido en gran medida.

Teniendo en cuenta lo anterior, me he referido a la afectación sufrida por el sector agropecuario, haciendo una propuesta(apoyada por otros senadores de la comisión quinta)de revisión del capítulo agropecuario de los  TLC firmados por Colombia; con el fin de recuperar parte de nuestro mercado interno, sobretodo en aquellos productos que el país produce, incentivar el empleo y sacar de la crisis económica y social a muchos de nuestros productores agropecuarios.

Es un tema de vida o muerte del sector agropecuario, que el sector lechero expresa de la siguiente forma;

  • “en Colombia tenemos 512 mil predios bovinos, 43,6% poseen menos de diez animales y el 67,1% 343 mil, menos de 25. Seguro desaparecerán 18 mil productores de leche al año, cuando en el 2026 puedan llegar sin arancel al país, cualquier cantidad de productos lácteos”.

También los arroceros que dicen;

  • A pesar del empeño y buen desempeño de los productores en el país, la política comercial ha sido la de importar el arroz que podemos producir”. Además de precios por debajo del costo de producción, con pérdidas de un millón de pesos por hectárea”.

Los paperos se quejan amargamente en el año 2021;

  • este nivel de importaciones nos llevará a que al cierre del año se alcancen 72.000 toneladas que estarían desplazando más de 180.000 toneladas de papa en fresco diacol capiro, lo que representa el 40% de la producción de esta variedad

En buena parte, nuestra economía agropecuaria se compone de pequeños productores; pura y fisica economia campesina, indigena, comunitaria y familiar, que sin los debidos estímulos, fomento y protección del Estado, desarrollan una actividad de subsistencia, que quien lo creyera, sostienen nuestra seguridad alimentaria: Debemos hacer cambios en nuestras politicas agrarias, hacerlas integrales, dejar de transitar los mismos caminos, devolver el mercado interno agropecuario a los colombianos, con la disminución de importaciones, créditos preferenciales, precios de sustentación, medidas arancelarias coyunturales, facilidades para el almacenamiento y comercialización y tener como meta producir a nivel agroindustrial.

 

DIDIER LOBO

SENADOR DE LA REPÚBLICA